Datos Personales

Nelson Ortega. Venezuela. Rubio, Estado Táchira. (1983), Ingeniero en Informática (Universidad del Táchira UNET), Diplomado en Innovación Tecnológica (Universidad de Oviedo, España). Magíster en Planificación Global (UPEL-IPRGR). Fue Analista de la sala situacional del Ministerio de Industrias Básicas y Minería 2.006, Coordinador de Sistemas del Centro Internacional Miranda 2.007. Profesor - Asesor de Misión Sucre y Universidad Bolivariana de Venezuela. Coordinador General de la Academia de Software Libre. Miembro del Frente Bolivariano de Investigadores, Innovadores y Trabajadores de la Ciencia. Miembro del Centro Nacional de Investigaciones Educativas. Miembro del colectivo del Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez, Miembro de la Plataforma Política Patria Socialista. Gerente de Informática de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del Estado Táchira (Fundacite-Táchira) 2.007-2.012. Fue Coordinador de la Sala Situacional del Registro de la Gran Misión Vivienda Venezuela en el Estado Táchira (Julio - Agosto de 2011). Investigador de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) (Julio - Diciembre, 2012). Coautor del Libro El delito homicidio en el Estado Táchira entre 1982 y 2012 (Forero y Ortega, 2013). Autor de la Investigación Modelo de Planificación para Promover la Seguridad Ciudadana en la Comunidades vinculadas al Centro de Formación UNES Táchira. Actualmente es Jefe de Estadística de la Dirección de Planificación y Desarrollo de la Gobernación del Estado Táchira, Coordinador de los Comité Estadísticos Estadales, Coordinador de la Revista de los Comité Estadísticos Estadales, Encargado de la Ofensiva Económica en el Estado Táchira, Secretario de la Comisión Estadal para la Lucha contra el Contrabando.

correo: nortega16232@gmail.com

lunes, 21 de marzo de 2011

Orgía de sangre imperial

En una especie de éxtasis casi orgásmico las grandes potencias capitalistas en su afán de hacerse con los recursos naturales del pueblo Libio pretenden una vez más sobre las cenizas y la sangre de inocentes extender su hegemonía mediante la acción guerrerista de sus balas y misiles, tal como lo planteaba Lenin para hacer del Imperialismo la fase superior del Capitalismo.

No abogar por la paz mundial representa una tragedia para la propia humanidad sobre todo cuando un organismo internacional como la ONU da el ejecútese a una acción que con la excusa absurda de defender a los civiles pretende causar muchas más muertes inocentes en Libia, ante una doble moral que ofende la inteligencia de nuestros pueblos, pues en otros países del medio oriente que poseen complicaciones mucho más graves a nivel de derechos humanos y de víctimas indefensas es la propia ONU quien se hace de la vista gorda pues son gobiernos que en su complacencia con los amos de la guerra dominan esos pueblos.

Más lamentable son las posiciones de Rusia, China y Brasil, que en su oportunidad de rechazar una acción militar que como siempre produce más víctimas inocentes sobre el amparo del daño colateral prefirieron abstenerse en una especie de derrotismo absurdo y de entreguismo absoluto a los propios intereses hegemónicos liderados claro está por el mismísimo Gobierno de los Estados Unidos.

Pareciera que la ONU solo sirve a los intereses imperiales, para justificar cualquier acción en una especie de legislación amparada en una supuesta comunidad internacional, que de nada sirve cuando 189 países rechazan el embargo a Cuba y 165 países rechazan las acciones militares sobre la Franja de Gaza por parte de Israel, pero que sirve de mucho cuando el dueño de casa porque tiene su sede en Washington decide de manera impositiva ejercer acciones militares para satisfacer sus propios intereses ante la ausencia de un contrapeso que da signos propios de la dictadura imperial que se manifiesta contra nuestros pueblos.

Hay doble moral cuando se aboga o se voltea la vista ante la injerencia extranjera militar para resolver un conflicto que deben resolver los propios países de manera interna; más allá de la posición que se tenga a favor o en contra de Gadafi debería ser casi universal el rechazo a la guerra, pero en contra de la voluntad de los pueblos, los centros de poder los cuales responden a intereses particulares son cómplices de la barbarie imperial que pretende quedarse con las cenizas de la humanidad aplicando sus políticas hegemónicas propias del sistema capitalista.

Más que nunca resulta oportuno reflexionar sobre la propuesta socialista del Siglo XXI, que debe en el camino de la paz llevar a la humanidad a un nuevo orden mundial que responda a los intereses de los pueblos y no a los del imperio, sobre la base estructural de la justicia y el respeto a la autodeterminación de los pueblos.

“Socialismo o Barbarie, Barbarie si es que tenemos suerte.” István Mészáros

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