Datos Personales

Nelson Ortega. Venezuela. Rubio, Estado Táchira. (1983), Ingeniero en Informática (Universidad del Táchira UNET), Diplomado en Innovación Tecnológica (Universidad de Oviedo, España). Magíster en Planificación Global (UPEL-IPRGR). Fue Analista de la sala situacional del Ministerio de Industrias Básicas y Minería 2.006, Coordinador de Sistemas del Centro Internacional Miranda 2.007. Profesor - Asesor de Misión Sucre y Universidad Bolivariana de Venezuela. Coordinador General de la Academia de Software Libre. Miembro del Frente Bolivariano de Investigadores, Innovadores y Trabajadores de la Ciencia. Miembro del Centro Nacional de Investigaciones Educativas. Miembro del colectivo del Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez, Miembro de la Plataforma Política Patria Socialista. Gerente de Informática de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del Estado Táchira (Fundacite-Táchira) 2.007-2.012. Fue Coordinador de la Sala Situacional del Registro de la Gran Misión Vivienda Venezuela en el Estado Táchira (Julio - Agosto de 2011). Investigador de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) (Julio - Diciembre, 2012). Coautor del Libro El delito homicidio en el Estado Táchira entre 1982 y 2012 (Forero y Ortega, 2013). Autor de la Investigación Modelo de Planificación para Promover la Seguridad Ciudadana en la Comunidades vinculadas al Centro de Formación UNES Táchira. Actualmente es Jefe de Estadística de la Dirección de Planificación y Desarrollo de la Gobernación del Estado Táchira, Coordinador de los Comité Estadísticos Estadales, Coordinador de la Revista de los Comité Estadísticos Estadales, Encargado de la Ofensiva Económica en el Estado Táchira, Secretario de la Comisión Estadal para la Lucha contra el Contrabando.

correo: nortega16232@gmail.com

domingo, 5 de julio de 2015

La Frontera Colombo – Venezolana no es un problema sino una oportunidad


La incesante guerra económica que vive Venezuela, se sustenta en variables que podemos catalogar desde diversas perspectivas; la primera de ellas estructural por la formación socio – económica de las fuerzas productivas nacionales, altamente dependientes de los ingresos generados por la renta petrolera, la segunda de ellas por las presiones del Capital Monopólico Transnacional (CMT) que pretenden empujar el país a un endeudamiento bajo los criterios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) con el objetivo de conducir una política regresiva socialmente insostenible, y tercero por la coyuntura extractivista desarrollada en nuestras fronteras especialmente en la Colombo – Venezolana de los bienes y servicios ofrecidos en nuestro territorio, que dado su carácter de democratización en su acceso previsto en la Constitución, terminan siendo subsidiados por el Estado.
La Industria Venezolana especialmente sustentada en el desarrollo alcanzado durante la segunda mitad del Siglo XX, encontró dos problemas esenciales: el primero protagonizado por la altísima dependencia tecnológica consecuencia del modelo Cepalista que promovía el desarrollo hacia dentro imposible de alcanzar con los bajísimos niveles de capacidad para crear tecnologías propias, y el segundo agudizado en la década de los noventa por la necesidad cada vez superior de insumos y materias primas importadas, que acrecentaba cada vez más la dependencia de divisas que inhibían el desarrollo armonioso bajo una lógica soberana. Consecuencia de ello el aporte al PIB de la Industria Manufacturera pasó de 18 a 4,5 por ciento desde 1983 a 1998 (Wexell, 2009).
Ese modelo dependiente ha sido caldo de cultivo para que el CMT, se apropie del aparato productivo en los rubros más vitales, ejemplos de ello vienen siendo hoy en día la P&G o Empresas Polar, que han controlado casi la totalidad del mercado en su gama de productos, bajo un modelo importador que ha respondido históricamente a mayor demanda de divisas para garantizar el abastecimiento nacional, es por ello que aún cuando el Sector Privado Nacional (SPN) apenas produce el 3% de los Dólares que ingresan al país accede al 54% de los mismos (BCV, 2013), y en tiempos de bajos precios del petróleo las presiones por acceder a ellas son mayormente sentidas socialmente.
A estos elementos igualmente presenciados en la Revolución Bolivariana (RB) se le añade durante los últimos años los componentes referidos al diferencial cambiario, a modo de subversión económica, que promueve valores de intercambio de divisas a partir de las transacciones propias de las casas de cambio Colombianas, en una economía como la del vecino país en la que las cifras más conservadoras del FMI afirman que el 35% del PIB se deriva de la economía subterránea originada por el narcotráfico, y que en el período 2013 – 2015 el valor del dólar vinculado al mercado negro han experimentado un incremento del 2.900 por ciento mientras que durante los años 2011 – 2013 apenas alcanzaron el 100 por ciento. Este aspecto inducido trae daños colaterales como el contrabando, bachaqueo, cadivismo, entre otros que afectan considerablemente la inflación, escasez y desabastecimiento.
Las respuestas aplicadas en la Frontera no han sido efectivas ante la imposibilidad de controlar según cifras del Banco de la República de Colombia 177.000 personas que diariamente cruzan la frontera, puesto que desde el punto de vista punitivo pareciera no tener una solución viable, y en la que según cifras del propio Gobierno Colombiano girarían cerca de unos siete mil millones de dólares que no son contabilizados en el intercambio comercial, y de los cuales Venezuela no percibe por captación de divisas sino que es afectada por extracción. Es necesario recordar que fue hasta 1.992 cuando la Balanza Comercial resultó favorable a Venezuela con un intercambio de 984 Millones de Dólares, esto cambiaría a partir de allí favoreciendo a Colombia y en 2013 fueron 2.660 Millones de Dólares con un máximo en 2.008 de 7.200 Millones de Dólares.
Las propuestas generadas apuntan hacia la operacionalización de la Zona Económica Especial Fronteriza Ureña San Antonio ya decretada por el Presidente de la República a finales de 2014, que permita a modo de política integral desarrollar un intercambio comercial para: (1) elevar las exportaciones no petroleras, (2) que permitan el auto – abastecimiento de divisas del sector privado, (3) disminuyendo la dependencia de la renta petrolera, (4) combatiendo el diferencial cambiario mediante la oferta de divisas no petroleras, (5) captando esos 7 mil millones de dólares que circulan en el ámbito fronterizo, (6) aprovechando las capacidades productivas y apalancando no solo la industria local, sino la nacional, (7) generando un empleo creador que combata los males sociales y (8) dando un paso importante para modificar la formación socio – económica de Venezuela.

Wexell, L. (2009). Economía Venezolana (1899-2008). La lucha por el petróleo y la emancipación. Caracas: El Perro y la Rana.
BCV (2014). Valores de Importaciones y Exportaciones de Venezuela. Disponible en la web: www.bcv.org.ve.

domingo, 14 de junio de 2015

La nueva etapa de la Revolución Bolivariana


Venezuela inició el año 2015 sumida en una fuerte crisis. Sus manifestaciones principales e inocultables: un entorno económico negativo propiciado, principalmente, por una baja significativa en los precios del petróleo; la afectación del abastecimiento de productos de primera necesidad, y el incremento en los índices inflacionarios, a la par de una declaración de injerencista de los Estados Unidos que señala al país como amenaza para su Seguridad Nacional.

La situación económica alcanza su máxima tensión por la relación de dependencia que mantiene Venezuela de las importaciones de los rubros esenciales para su abastecimiento, triplicada desde 1998, así como la fuente de ingresos en divisas extranjeras generadas en un 94 por ciento por la producción petrolera.

De manera adicional, la relación comercial existente con los Estados Unidos de 10.500 millones de dólares representa el 23,3 por ciento de las importaciones totales, pero también de las exportaciones petroleras y no petroleras hacia ese destino en 29 y 26 por ciento respectivamente.

La pretensión oficial desde 1999 con su política comercial, ha buscado la disminución del grado de dependencia con respecto al país del Norte, y en algo se avanzó, aunque aún es insuficiente. Es así como los porcentajes por lógica exportadora han caído casi a la mitad, mientras que por concepto importador –aunque nominalmente ha tenido un incremento cercano a los cuatro mil millones de dólares–, ha disminuido más de un 20 por ciento en relación al total.

No es casual, entonces, que la crisis generada en Venezuela esté íntimamente conectada con los intereses norteamericanos por profundizar la razón de dependencia comercial, así como el acceso a nuestros recursos naturales, en especial del petróleo fuente de energía esencial para soportar sus niveles de consumo, en una especie de boicot económico donde agentes locales intentan acceder a las divisas para realizar transacciones con sus socios comerciales en los Estados Unidos. Es una presión que el aparato comercial nacional, a partir de mecanismos de especulación, acaparamiento o contrabando, ejerce para promover una libertad de mercado que en realidad termina doblegando la economía nacional a intereses extranjeros.

Esta realidad demanda analizar, en sus diferentes aspectos, las perspectivas que enfrentará Venezuela al finalizar el año en curso, sopesando las variables que incidirán en los flujos y contra-flujos por transitar a lo largo del año.

En la economía:

La elevación de nuevas fuerzas productivas

El entorno económico para la Revolución Bolivariana (RB) estará marcado por los precios del petróleo y las dinámicas productivas internas, así como los mecanismos de importación y exportación que conviertan al país del sur en un modelo económico que supere las contradicciones del sistema capitalista global.

Semejante reto debe encararse más allá de los triunfos sociales hasta ahora alcanzados, como la reducción de la pobreza, la cual del 54,5 al 32,1 por ciento durante los años de gobierno de Chávez, pero también más allá de las contracciones económicas vividas en los años 2002-2003 producto del golpe de estado y el paro petrolero en 2010, y la crisis económica mundial que afectó los precios de hidrocarburos, así como la contracción de los años 2013-2014 producto del desfalco a la nación, donde cifras estimadas apuntan a los veinte mil millones de dólares por empresas de maletín, configurada con hechos convulsos y violentos con las llamadas “guarimbas”, que afectaron el aparato productivo, a la que debe sumarse la caída estrepitosa de los precios del crudo petrolero.

Una crisis como la actual no soporta análisis reduccionistas, sino que debe comprenderse a partir de las relaciones sociales y sus tejidos, que en este caso particular tiene una connotación de guerra económica, por implicar agentes financieros y comerciales externos que con sus maniobras inciden en el valor del dólar en lo que es conocido como el diferencial cambiario, el que apenas en los últimos dos años ha sufrido un incremento cercano al mil por ciento; afectación que también implica factores internos, con un sistema de comercialización y distribución con evidentes signos de especulación y acaparamiento de productos, acción estimulada por un conjunto de mafias que desarrollan el contrabando, contribuyen al incremento de los índices de inflación y escasez que afectan notablemente la economía nacional.

Estamos ante una contradicción y lucha denodada, entre factores progresistas y otros tradicionales y reaccionarios. Con ellos, el interés de Washington y del Capital Monopólico Trasnacional (CMT) es claro: controlar las primeras reservas petroleras probadas del planeta, las de Venezuela, que suman 298,4 mil millones de barriles, con posibilidad de duplicarse según estudios preliminarese. En defensa del país, y como estrategia de largo plazo, Chávez maniobró y buscó la disminución de las exportaciones del hidrocarburo a los Estados Unidos, logrando que en los últimos años las mismas pasaran de 1,92 a 0,84 millones de barriles diarios.

En esta misma lógica, y de manera estratégica, el país amplió sus mercados petroleros alcanzando en el continente asiático, para el 2014, exportaciones por 1,04 millones de barriles diarios, las que según proyecciones toparán los 3,16 millones hacia el 2019.

Logros relativizados por la caída de los precios del barril, los que deberán recurarse en el corto plazo producto, principalmente, de los variables: las presiones externas del yuan y la imposibilidad de los Estados Unidos de mantener un ritmo acelerado de producción de petróleo, lo que permitirá aliviar las cargas en una economía altamente dependiente de las importaciones.

Toda crisis presenta una oportunidad, la actual no es la excepción. El gobierno de Nicolás Maduro empieza a comprender las causas estructurales origen de la recesión económica y apuesta por la rectificación en tres vías: (1) mejorar la eficiencia en las empresas estatales, (2) acelerar el desarrollo de nuevas fuerzas que estimulen en las comunidades organizadas, mediante el autogobierno, nuevas relaciones sociales de producción y (3) una alianza con el incipiente sector privado que realmente produce en el país, generando además experiencias como la conformación de Zonas Económicas Especiales que permitan diversificar y ampliar las exportaciones no petroleras. Estos aspectos, sin duda, permitirán incrementar el abastecimiento y la producción nacional, lo que deberá impactar en el crecimiento económico y la reducción de la tasa inflacionaria, considerando que la historia económica venezolana nos indica que ya en 1948 el 95 por ciento de las divisas eran generadas por los hidrocarburos, y que entre 1984-1998 el aporte de la manufactura y la agricultura al PIB cayó de 35 a 9 por ciento.

En lo social:

La RB es esencialmente social

Debe destacarse que a pesar de la inestabilidad económica, la agenda agresiva de política social desarrollada por la RB no coloca freno: más de 600 mil viviendas dignas y de calidad construidas durante los últimos años, con un interés social en todo el país, ‘inundando’ los hogares de las principales ciudades con factores primordiales como el derecho a la tierra, como golpe certero al capitalismo en plenos centros urbanísticos.

Como continuidad de esta dirección, durante el 2015 el Gobierno apuesta por concentrar esfuerzos en las zonas de mayor pobreza extrema, para profundizar la política pública y dar un salto cuantitativo considerando que la mayoría de los Objetivos del Milenio establecidos por la ONU ya fueron alcanzados.

En esta misma senda, y lejos del discurso opositor que apuesta por una disminución de la lógica subsidiaria en aspectos primordiales, la Revolución continúa garantizando la democratización en el acceso a los bienes y servicios, constante que sin duda, producirá resultados alentadores a fin de año, especialmente para seguir la ruta trazada de disminución de la pobreza.

En lo político:

La unidad de las fuerzas revolucionarias y nacional, las elecciones para la A.N.

Durante el segundo semestre del año en curso, la población venezolana decidirá una nueva composición del Poder Legislativo en la Asamblea Nacional, y de nuevo las fuerzas revolucionaras deberán alcanzar la mayoría, opción facilitada por los factores de rechazo a la injerencia extranjera aplaudida por líderes de oposición locales, que provoca la unidad de la izquierda en su conjunto y, más allá de esto, la unidad nacional, donde ya distintos actores sociales, que no coinciden con los planteamientos de la RB, han marcado su clara posición frente a las declaraciones imperiales. En 2010, a pesar de la crisis económica, la izquierda logró ser superior en el Parlamento, aspectos similares ocurrieron en 2004 al ser convocado un referendo revocatorio en contra del presidente Chávez.

Estos aspectos redimensionan una nueva etapa política, donde el chavismo apuesta por elecciones de base para elegir a sus candidatos y concuerdan con una agenda común que hasta antes de las declaraciones de Obama parecían más complejas.

Por su parte, la oposición, representada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y los agentes promotores de la violencia ya experimentada en 2014, aunque pudiera juntarse coyunturalmente frente a las parlamentarias, lo cierto es que aparece fraccionada con un discurso ambiguo, que pudiera terminar por desmoronarla, inclusive antes del cierre del año, ya que luego de un largo período no han mostrado un proyecto país, que no sea otro que negar todo cuanto haga la Revolución, encontrándose ahora en una encrucijada entre una posición nacionalista y una lacaya del imperialismo norteamericano, aunque en su afán por obtener el poder andarán más cerca de esta última.

La consolidación de la unión cívico militar

Para quebrar el proceso en marcha, la oposición intenta socavar las bases de las Fuerzas Armadas, sin embargo la respuesta de la institución ha sido de mayor consolidación en base al proyecto político y a la defensa de la soberanía de la patria; es así como torpemente el llamado “documento para la transición”, esbozado por la oposición, intentó suprimir el carácter Bolivariano –es decir, la del padre de la patria– generando un rotundo rechazo por parte de los distintos componentes de la institucionalidad. A esto puede sumársele la alianza militar estratégica con países con intereses geopolíticos en el Continente como Rusia y China.

Como prolongación y soporte de lo alcanzado hasta ahora, durante el 2015 será resaltado el carácter nacionalista y patriota del componente militar, donde la unidad cívico–militar mostrará su mejor cara, aglutinando la fuerza emergente de los movimientos populares, para defender las conquistas sociales alcanzadas por el pueblo. Esto se desarrolla a partir de la fusión ente pueblo y Fuerza Armada, donde esta última ha asumido nuevos roles institucionales.

En lo internacional:

Una revolución antiimperialista

Venezuela, bajo el liderazgo de Chávez y ahora de Maduro, promovió el desarrollo de una nueva geopolítica internacional; el Alba-Tcp, Unasur, Petrocaribe, Celac, su inclusión al Mercosur, la asociación África Suramérica (Asa) y las relaciones estratégicas con China, Irán y Rusia, representan el pilar fundamental de su política diplomática, con un pensamiento contrahegemónico a los intereses norteamericanos no solo en este país sino en América Latina y el Caribe, permitiéndole consolidar una clara posición antiimperialista por parte de estos bloques de poder.

Propósitos y logros con dificultades. Los intentos desestabilizadores han pasado por todas las etapas en este país: golpes de Estado, sabotajes petroleros y económicos, magnicidio, promoción de guerra civil, y ahora una verdadera amenaza de intervención militar extranjera, y ante cada una de ellas la respuesta internacional ha sido contundente y solidaria con la Revolución, lo que resume parte del legado histórico de las luchas internas y externas generadas por un movimiento de real liberación, no solo de los gobiernos sino de los pueblos de Latinoamérica que han resuelto aniquilar todos los vestigios de colonialismo que aún persisten, y marcar la pauta de un nuevo tiempo con unidad verdadera.

Luces de nuevos alcances. Durante el 2015 el gobierno venezolano presidirá por tres años el Movimiento de Países No Alineados, recobrando con ello su liderazgo continental y mundial, en ocasión siempre de trazar el signo de la rebeldía y, como dice el himno nacional, para que los pueblos del mundo sigan entonces el ejemplo que Caracas dio.

Entrará RB, a partir de estos hechos, en una nueva etapa, porque las circunstancias han exigido una modificación en la base socio-económica del modelo productivo, la rectificación de la política subsidiaria generalizada, que debe ser focalizada y desarrollada con mayor eficiencia, con un escenario de correlación de fuerzas que llamará a la rectificación del liderazgo chavista, a la necesidad de reducir considerablemente la dependencia de la renta petrolera y a un nuevo papel de vanguardia geopolítica que, como fue característico hasta el 2012, sobresaliera con su liderazgo en la diplomacia global.

Nota: Artículo Publicado en la Edición 109 de Le Monde Diplomatique Colombia. Ver enlace: http://www.eldiplo.info/portal/index.php/component/k2/item/770-la-nueva-etapa-de-la-revoluci%C3%B3n-bolivariana el 08 de Abril de 2015.

domingo, 3 de mayo de 2015

Reflexiones sobre el Consumo Eléctrico Nacional

Es necesario comprender la situación del Sistema Eléctrico Nacional en su justa dimensión, desde una perspectiva integral, que supere los análisis reduccionistas focalizados única y exclusivamente desde los aspectos referidos a la generación y distribución.  Por el contrario se requiere revisar el comportamiento de los venezolanos en cuanto al consumo de energía durante el desarrollo de la Revolución Bolivariana.

Primero que nada revisemos cuál es el comportamiento del consumo de energía eléctrica en América Latina, donde el promedio de la Región alcanza los 1.641 kW por habitante, mientras que Venezuela lidera este ámbito con 4.179 kW, por encima de gigantes económicos e industriales como Brasil (2317 kW), México (1999 kW) o el vecino Colombia (1124 kW).  De allí se deducen las primeras conclusiones adjudicando un elevado consumo de energía eléctrica provocado por una democratización de bienes y servicios que ahora son disfrutados por la mayoría de los venezolanos, pero que sin duda han generado una contradicción en el uso consciente del mismo.

Lo cierto es que en el recorrido histórico para el año 2002 aún la demanda nacional era de 10.176 MW, y hoy en día cifras oficiales de CORPOELEC afirman que alcanzamos los 16.000 MW, aunque la ola de calor experimentada en días recientes ha disparado tal valor a los 18.000 MW en todo el país.  No es cualquier cosa lo que hemos experimentado cuando en apenas un poco más de una década se ha disparado la demanda de energía eléctrica en un ochenta por ciento, que por cierto no ha alcanzado otro país de la Región en tan breve período.

Podemos en consecuencia establecer una relación entre el incremento poblacional versus el consumo; es decir que mientras el crecimiento demográfico desde el 2002 al 2015 ha sufrido una variación del veinte por ciento el consumo promedio de energía se ha elevado en 80%.  Esa relación bajo este ritmo es insostenible, y ya la crisis del año 2010 así lo demostró cuando hubo necesidad de realizar un racionamiento para evitar un colapso del Sistema Eléctrico Nacional, esto a pesar de importantes campañas nacionales como la disminución del consumo a través de la sustitución de bombillos incandescentes por ahorradores en los hogares venezolanos.

A pesar de todos estos números el Estado Venezolano ha realizado cuantiosas inversiones para atender la demanda nacional, disparada de manera irracional producto de la posibilidad de acceder a productos que requieren de la energía eléctrica para su funcionamiento.  Esto igualmente ha elevado la inversión en instalación de Plantas Termoeléctricas mucho más contaminantes y que contravienen el quinto objetivo histórico del Plan de la Patria.

El consumo exacerbado de electricidad, muchas veces sumido en derroche contienen aspectos fundamentales que contradicen las premisas esbozadas en el socialismo Bolivariano, también en el sentido del consumismo ilimitado del sistema capitalista global siempre en pelea con el medio ambiente, por ello cuando analicemos este contexto no olvidemos que el enemigo principal es el capitalismo y su lógica de consumo infinito, el mismo que hace mella en aspectos de la crisis económica actual, cuando se habla de Guerra pero que realmente representa la cara más visible del Gran Capital.
“Se deshielan los polos, se recalientan los mares, se inundan continentes, se destruyen bosques, selvas, se secan ríos y lagos; el desarrollismo destructivo del modelo capitalista está acabando con la vida en el planeta (…) No hay más allá del siglo XXI si no cambiamos. La disyuntiva es: socialismo o muerte, pero muerte de la especie humana. El capitalismo está acabando con la vida en el planeta. Es ahora o nunca. Mañana pudiera ser demasiado tarde”. Hugo Chávez (2006) VI Foro Social Mundial.

domingo, 19 de abril de 2015

La improvisación es el principal enemigo de la Revolución


Uno de los principales obstáculos que se ha encontrado la Revolución Bolivariana a lo largo de estos años ha sido la falta de capacidad de desarrollar eficiencia en su gestión, el propio Comandante Chávez al cierre de su campaña electoral en 2012 lo hizo público [1] en ese carácter siempre irreverente de autocrítica tan necesaria en cualquier espíritu revolucionario.

La eficiencia en consecuencia en dos vías: la primera de ellas en el sentido de poder concebir la gestión pública en el menor tiempo posible acortando al máximo los recursos, digamos entonces que sería la concepción técnica genérica del término, pero en segundo lugar con una visión política, esa en la que no sólo basta la conclusión de una acción, proyecto u obra sino que se apalanca en lo que Mészáros () ha denominado en qué tanto contribuye sustantivamente en la construcción del socialismo, así encontraremos igual un aspecto en el que se lucha con las variables presentadas por el Capitalismo especialmente en lo económico.

Ya hemos dicho que desde esa perspectiva la eficiencia para que sea revolucionaria debe ser esencialmente  política,  y su principal enemigo es la improvisación; este mal no es solo una característica en la ausencia de planificación sino de la visión estratégica que plantea metas concretas que contribuyan con el Proyecto País. Este mal evidencia una crisis de la institucionalidad Burocrática establecida hecha a la medida de una visión normativa que no es capaz de romper con el tareismo [2] propias de las dinámicas del día a día, a modo de gerencia tropicalizada, esa misma que una novela muy famosa en Venezuela en los noventa la distinguió con aquella frase de “cómo va viniendo vamos viendo”.

La improvisación en la gestión pública y por supuesto en la gestión política es la anti-política, concebida desde el núcleo del propio sistema capitalista, que venda los ojos de los servidores públicos y de los políticos en el cumplimiento de tareas específicas de las cuales no se explican por cierto cómo se concatenan con el Proyecto Nacional, el Plan de la Patria o los Planes Sectoriales, Regionales, Estadales, Municipales o Comunales.

No se debe confundir la necesidad de adaptarse a los cambios sustanciales de la sociedad con la improvisación, una cosa es plantear con la poesía de Antonio Machado () haciendo camino al andar, que implica sobrellevar las cargas de las dinámicas emergentes y otra muy distinta es tomar decisiones que pueden afectar gravemente aspectos estructurales del funcionamiento deseado de las instituciones para beneficio del pueblo.

Recordemos además que el principal enemigo de la planificación es el capitalismo que pone como regulador del sistema la mano invisible del mercado, esa misma que hoy en día dispara los índices inflacionarios, o el mercado de divisas paralelo, para que lo que se ha previsto sea imposible de cumplir en términos de recursos, y es así como todavía el sector privado en Venezuela sigue accediendo el equivalente a 18 veces los dólares que produce.

Repensar la política dentro del marco de la agenda pública implica abonar desde lo estratégico, la planificación revolucionaria, privilegiando la toma de decisiones de forma transversal entre lo técnico, lo político y lo ideológico, ya que sin estas tres variables sería imposible avanzar sustantivamente en la construcción del socialismo, por lo que cualquier medida coyuntural que se tome sin ellas no solo nos aleja del proyecto Bolivariano sino que no suma al legado de Chávez cuando nos decía eficiencia o nada.

[1] Chávez, H. (2012). Entrevista de cierre de campaña electoral al Comandante Hugo Chávez. https://youtu.be/-V9FPYTR13g

[2] Véase discurso del Ché Guevara Contra el Burocratismo (1963). Aquí un extracto “El burocratismo es la cadena del tipo de funcionario que quiere resolver de cualquier manera sus problemas, chocando una y otra vez contra el orden establecido, sin dar con la solución (…)No debemos nunca olvidar, para hacer una sana autocrítica, que la dirección económica de la Revolución es la responsable de la mayoría de los males burocráticos: los aparatos estatales no se desarrollaron mediante un plan único y con sus relaciones bien estudiadas, dejando amplio margen a la especulación sobre los métodos administrativos. El aparato central de la economía, la Junta Central de Planificación, no cumplió su tarea de conducción y no la podía cumplir, pues no tenía la autoridad suficiente sobre los organismos, estaba incapacitada para dar órdenes precisas en base a un sistema único y con el adecuado control y le faltaba imprescindible auxilio de un plan perspectivo. La centralización excesiva sin una organización perfecta frenó la acción espontánea sin el sustituto de la orden correcta y a tiempo. Un cúmulo de decisiones menores limitó la visión de los grandes problemas y la solución de todos ellos se estancó, sin orden ni concierto. Las decisiones de última hora, a la carrera y sin análisis, fueron la característica de nuestro trabajo (…)La falta casi total de conocimientos, suplida como dijimos antes por una larga serie de reuniones, configura el "reunionismo", que se traduce fundamentalmente en falta de perspectiva para resolver los problemas. En estos casos, el burocratismo, es decir, el freno de los papeles y de las indecisiones al desarrollo de la sociedad, es el destino de los organismos afectados (…)Si conocemos las causas y los efectos del burocratismo, podemos analizar exactamente las posibilidades de corregir el mal. De todas las causas fundamentales, podemos considerar a la organización como nuestro problema central y encararla con todo el rigor necesario. Para ello debemos modificar nuestro estilo de trabajo; jerarquizar los problemas adjudicando a cada organismo y cada nivel de decisión su tarea; establecer las relaciones concretas entre cada uno de ellos y los demás, desde el centro de decisión económica hasta la última unidad administrativa y las relaciones entre sus distintos componentes, horizontalmente, hasta formar el conjunto de las relaciones de la economía. Esa es la tarea más asequible a nuestras fuerzas actualmente, y nos permitirá, como ventaja adicional encaminar hacia otros frentes a una gran cantidad de empleados innecesarios, que no trabajan, realizan funciones mínimas o duplican las de otros sin resultado alguno (…) Simultáneamente, debemos desarrollar con empeño un trabajo político para liquidar las faltas de motivaciones internas, es decir, la falta de claridad política, que se traduce en una falta de ejecutividad. Los caminos son: la educación continuada mediante la explicación concreta de las tareas, mediante la inculcación del interés a los empleados administrativos por su trabajo concreto, mediante el ejemplo de los trabajadores de vanguardia, por una parte, y las medidas drásticas de eliminar al parásito, ya sea el que esconde en su actitud una enemistad profunda hacia la sociedad socialista o al que está irremediablemente reñido con el trabajo.

domingo, 29 de marzo de 2015

Comprender la economía venezolana y los intereses de EE.UU.

Para comprender las razones por las que los Estados Unidos no han dejado ni un solo instante en agredir la Revolución Bolivariana y hoy amenaza con una intervención militar, es necesario identificar la política soberana desarrollada por Venezuela, que progresivamente ha ido superando su dependencia total del país del Norte.  Aunque termina siendo insuficiente lo realizado hasta el momento, las variables que se muestran a continuación develan como EE.UU. ha perdido influencia en nuestra tierra, desde todos los ámbitos posibles, y por esta razón la Burguesía Nacional ha estado siempre en contra de la política comercial desarrollada por el Gobierno.
Las Importaciones
La política de la Revolución Bolivariana desde la llegada de Chávez al poder ha sido la de mantener cada vez una menor relación de dependencia comercial con los EE.UU, así podemos ver (Tabla 1) como el porcentaje de importaciones provenientes de ese país del Norte ha caído desde 1998 a 2013 de 43 a 24 por ciento, mientras que la alianza geopolítica con China pasó de un insignificante 0,18 a 14 por ciento.  Esto es significativo, aunque no suficiente ya que el valor nominal de las importaciones desde los EE.UU. se ha duplicado, por ello la insistencia de apostar a mayor dependencia en la lógica comercial, y acceder a mercados más amplios en Venezuela.
Año
Importaciones (Mill.$US)
% EE.UU.
%China
1998
20.827
43%
0,18%
1999
18.683
41%
1%
2000
21.300
38%
1%
2001
23.892
34%
2%
2002
15.162
33%
2%
2003
13.263
32%
3%
2004
21.518
30%
5%
2005
29.347
30%
7%
2006
39.537
26%
9%
2007
57.760
25%
9%
2008
64.618
26%
10%
2009
53.368
29%
11%
2010
51.594
26%
13%
2011
62.503
25%
17%
2012
77.503
23%
17%
2013
72.842
24%
14%
Tabla 1. Importaciones por Principales Destinos Comparativo EE.UU. –China



El acceso a las Divisas
El acceso a las divisas es la gran lucha de la Burguesía Nacional Parasitaria, que apuesta por el desarrollo de una economía de puerto; sin embargo el Gobierno Bolivariano ha apostado por tener desde el Estado mayor control de las mismas, y es así como pasamos en el sector público de un incipiente 15 a 46 por ciento del acceso total desde 1998 al 2013.  Esto trae consigo una contradicción, en la que el sector privado ha sufrido un incremento nominal de acceso a divisas muy superior al doble que originalmente accedía antes de la victoria de Chávez. Igualmente del total de divisas entregadas el sector privado durante los últimos 15 años ha alcanzado el 61%.  Por eso no es de extrañarnos que en el desfalco a la nación en empresas de maletín sea el aparato privado quien mayor responsabilidad tenga. Ver tabla 2.
Año
Sector Privado
(Mill. $US)
%Sector Privado
Sector Público
(Mill. $US)
%Sector Público
1998
17.615
85%
3.212
15%
1999
16.031
86%
2.652
14%
2000
18.178
85%
3.122
15%
2001
20.817
87%
3.075
13%
2002
12.524
86%
2.638
14%
2003
9.813
74%
3.450
26%
2004
17.807
83%
3.711
17%
2005
24.342
83%
5.005
17%
2006
32.061
81%
7.476
19%
2007
43.704
76%
14.056
24%
2008
44.596
70%
19.662
30%
2009
34.612
65%
18.756
35%
2010
30.092
58%
21.502
42%
2011
35.986
58%
26.517
42%
2012
43.205
56%
34.298
44%
2013
39.413
54%
33.429
46%
TOTAL
440.796
61%
202.561
39%
Tabla 2. Acceso a divisas según sector por año.




Las Exportaciones
En el marco de las exportaciones, se destacan dos elementos fundamentales:
(1) las exportaciones petroleras por destino en las que EE.UU. ha pasado de 1,92 a 0,84 Millones de Barriles diarios desde 1998 al 2014, a la par que las exportaciones hacia el continente asiático representan hoy en día 1,04 Millones de barriles diarios. Definitivamente una razón más por la que el imperialismo norteamericano pone las garras injerencistas en nuestro suelo patrio.
(2) la lucha por acceder desde el aparato privado a mayor número de divisas sin producirlas. Por eso podemos observar que la relación de divisas otorgadas versus producción del sector empresarial pasó de 3,14 a 18,0 entre 1998 y 2013, por ello insisten permanentemente en la liberación del dólar para poner la mano en el botín que solo es generado por el aparato Estatal en el marco de una lógica rentista de economía de puerto. Autocríticamente se puede asumir desde las fuerzas revolucionarias el incremento desmesurado de otorgamiento de divisas a un sector que no las produce bajo ningún concepto. Ver Tabla 3.
Año
Exportaciones Totales
(Mill. $US)
% Sector privado
% Acceso a Divisas Sector Privado
Relación (R) Importación (I) – Exportación (E) Sector Privado (R=I/E)
1998
19.130
27%
85%
3,14
1999
22.315
20%
86%
4,30
2000
34.711
18%
85%
4,72
2001
28.043
20%
87%
4,35
2002
27.794
26%
86%
3,30
2003
28.108
27%
74%
2,74
2004
40.782
27%
83%
3,07
2005
57.058
27%
83%
3,07
2006
67.722
25%
81%
3,24
2007
71.804
24%
76%
3,16
2008
97.192
5%
70%
14,0
2009
59.830
5%
65%
13,0
2010
67.603
4%
58%
14,5
2011
94.804
3%
58%
19,3
2012
99.545
3%
56%
18,6
2013
91.159
3%
54%
18,0
Tabla 3. Exportaciones por Sector y Relación del Sector Privado. Nota: En la Relación mientras mayor es el valor, mayor es el grado de economía de puerto del sector empresarial privado.



Conclusiones

Se puede deducir a partir de estos elementos que no es casual el interés de los EE.UU. sobre un país como Venezuela, que ha ido reduciendo progresivamente su relación comercial tanto de importaciones como de exportaciones de crudo, diversificando sus mercados especialmente hacia China. Por otra parte, el modelo económico Bolivariano si bien es cierto ha promovido una mayor intervención del Estado, sigue siendo el sector privado el que mayor beneficio obtiene de la estructura socio-económica nacional, cada vez con mayor lógica portuaria.  Es por ello que la relación EE.UU. con los grandes monopolios y oligopolios nacionales es inobjetable el día de hoy.