Sería ingenuo pensar una regulación natural del
Sistema Capitalista, mucho menos en un solo país, Mészáros (2009) nos habla
sobre su incontrolabilidad, específicamente en lo concerniente a la producción,
consumo y sus precios, los capitalistas lo expresan en términos de oferta y
demanda a modo de ley natural y de la mano invisible del mercado. ¿Coincidencia
ideológica en las perspectivas? Sin duda en ello el rechazo es profundo, pues
Mészáros nos advierte sobre las posibles trampas regulatorias a las que
sociedades y Gobiernos pudieran caer en medio de combatir estructuralmente este
asunto.
Para romper con el juego macabro de especulación,
desabastecimiento, inflación y bajo crecimiento económico en el que nos
encontramos actualmente en Venezuela, no basta con un marco regulatorio que
atienda las consecuencias de las crisis cíclicas del capitalismo, sino que es
necesario profundizar sobre sus causas de forma consciente. Veamos por ejemplo lo
ocurrido hasta ahora con el Control de Cambio en el país que según el trabajo
de investigación de Marea Socialista (2014) no impidió la fuga de divisas,
aunque precisa era su aplicación para combatir el sabotaje declarado por la
Burguesía a la Revolución Bolivariana, sin embargo elementos como el anclaje
cambiario, o la corrupción en todos los niveles denunciada desde el mismo
Gobierno hicieron una mutación especial para crear distorsiones en nuestra
economía, y seguir fluctuando de forma beneficiaria a los dueños del Gran
Capital.
Estos elementos sin duda han venido afectando nuestra
economía, y en especial a la clase trabajadora y al pueblo venezolano, por ello
se ha creado una Ley Orgánica de Precios Justos, como una medida elemental para
poner un freno a las espirales negativas que considerablemente atentan contra
los derechos ciudadanos por el acceso a bienes y servicios. Aunque es un
intento importante para regular el sistema económico-productivo-comercial no es
suficiente si no se corrigen urgentemente asuntos que parecen caer en vacíos
ideológicos, y que son expresados a modo de vicios a continuación:
Vicio
1: El concepto de la Ganancia y su Valor
Es necesario comprender que esa ganancia es lo que
el Capitalista obtiene producto del trabajo que otros realizan para él. La Ley de Precios Justos estima un máximo de
30%, sin embargo no se ha definido los rubros y los niveles máximos para cada
uno de ellos, tampoco la cadena de intermediarios que recurrentemente pueden
hacer uso de ese 30% para incrementar considerablemente los precios y que
pareciera al final de la cadena ajustarse a la ley. Esto es urgente corregirlo sobre todo en una
economía de puerto, donde lo que sobran son los mercaderes.
Vicio
2: El Precio Justo y su estructura de costos
Los capitalistas detestan la imposición de precios,
dicen que las leyes de mercado la determinarán y así garantizarán el
abastecimiento. En todo caso lo que hay
detrás de ello siempre ha estado presente, la necesidad de mantener las
desigualdades sociales para que en la lucha por los bienes y servicios sean los
que tienen más, quienes puedan acceder preferencialmente a ellos. El asunto de la Estructura de costos es
fundamental para la aplicación de la ley; identificar por cada ítem las
sub-estructuras de costos en dos aspectos: (1) el de producción nacional y (2)
el importado. Ahora bien, una vez
identificado su valor estructural comprendiendo el encadenamiento de
Producción-Distribución-Consumo la interrogante a responder es cómo establecer
un mecanismo de actualización de esa estructura sin caer en las trampas
inflacionarias, para no tener que realizar concesiones a la clase capitalista
periódicamente.
Vicio
3: El encadenamiento Importación – Industria – Comercio. El estímulo a la
producción ¿Cuál Producción?
La Ley de Precios Justos pareciera generalizada, es
necesario corregir algunos elementos que se desglosan en el proceso del
encadenamiento, tales como las ganancias exacerbadas de los Comerciantes,
mientras que quienes producen muchas veces presentan mayores dificultades. El
tratamiento a quienes realmente producen elementos de carácter estratégico
consagrados en el Proyecto Político Nacional deben tener mayor prioridad, nunca
la ganancia del Comercio debería ser superior a quien lo produce, mientras que
quienes acceden a divisas otorgadas por el Estado deben estar en el menor rango
de ganancia (considerando que son divisas del pueblo venezolano producto de la
renta petrolera). Adicionalmente es necesario potenciar el aparato productivo
alternativo especialmente a través de nuevas formas organizativas liberadoras
como EPS o cualquier otra asociación de productores libres y asociadas para
darles ventaja comparativa, esto debería disponerse en el instrumento jurídico.
Mészáros, I. (2009). Más Allá del Capital. Caracas:
El Perro y la Rana
Marea Socialista (2014). Sinfonía de un Desfalco a
la Nación: Tocata y fuga… de Capitales. http://www.aporrea.org/contraloria/n257348.html
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