El debate de la última semana sobre las elecciones
municipales y la escogencia de candidatos por parte de las filas
revolucionarias, ha generado una amplia gama de comentarios, entre quienes
apuestan por una disciplina incondicional o por los que asumen posturas
críticas ante las designaciones planteadas por el PSUV y los partidos aliados
en el Gran Polo Patriótico. Esto nos
obliga a cada uno de nosotros a incluir argumentos que permitan generar un
debate oportuno que ubique en su justo lugar las distintas posiciones asumidas.
En primer lugar vale la pena destacar dos elementos
sobre los cuales se debe esbozar cualquier discusión en el marco de un proyecto
político socialista: la crítica y la autocrítica; la primera de ellas como un
elemento que permita atacar el sistema capitalista en todas sus expresiones, y
la segunda con las disyuntivas contradictorias a las que nos llevan los
procesos políticos y que emergen en el propio seno de la izquierda. En cualquier caso la posición debe ser
asumida desde la convicción de que si no se ataca el capitalismo, no es posible
un mundo nuevo. Al respecto debemos recordar lo que el Comandante Fidel Castro
afirmaba ya en el año 2006 en una entrevista que le hiciera Ignacio Ramonet lo
siguiente:
“Nosotros confiábamos en la
crítica y en autocrítica (…) Ese método, tal como se estaba utilizando, ya
prácticamente no servía. Porque las críticas suelen ser en el seno de un grupito;
nunca se acude a la crítica más amplia (…) Hay que ir a la crítica y la
autocrítica en el aula, en núcleo y después fuera del núcleo, en el municipio, y en el país (…) Debemos
atrevernos, debemos tener el valor de decir las verdades. No importa que digan
los bandidos de afuera y los cables que vengan mañana o pasado (…) Y esto no es
hablar mal de la revolución. Esto es hablar muy bien de la Revolución, porque
estamos hablando de una revolución que puede abordar estos problemas y puede
agarrar el torito por la cola” (Fidel Castro, 2006).
De esto se desprende un planteamiento interesante, en
el sentido por el cual se asumen estos elementos como un método, del cual se
deriva si las condiciones sobre las cuales se dan es el más indicado. Ya nos preguntaremos entonces ¿Cuáles son los espacios presentes en la
Revolución Bolivariana para el debate crítico del socialismo?. Ya el
Comandante Chávez en su último consejo de ministros asomaba algunos elementos
que deben ser nuestra luz para continuar en la lucha que hemos emprendido,
cuando nos decía:
“La autocrítica
es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío (...) Donde
salga la autocrítica, no le tengamos miedo a la crítica, ni a la autocrítica.
Eso nos alimenta, nos hace falta (...) Triste es que nos quedemos callados,
para que no me llamen piedrero” (Hugo
Chávez, 2012).
De forma tal que los dos grandes líderes políticos,
libertadores de nuestros pueblos de los siglos XX y XXI, concuerdan en las
posiciones adoptadas sobre la importancia que tiene la crítica en un proyecto
socialista.
Se han elegido los candidatos a alcaldes por parte de
la revolución, y sobre la forma como se ha hecho vale la pena hacer un conjunto
de consideraciones: una de ellas está relacionada con la modalidad en la que se
opta por la cooptación como método de selección, en lugar de unas elecciones
primarias, partiendo de baremos relacionados con las postulaciones de las
Unidades de Batalla Hugo Chávez, la gestión pública de los aspirantes y los
resultados de las pasadas elecciones del 07 de octubre y del 14 de abril. Lo que no se observa en ninguno de estos
aspectos es cómo estos candidatos o estas candidatas han contribuido y
contribuirán a la construcción del socialismo. Recordemos que el Comandante
Chávez siempre nos preguntaba ¿Dónde está
el socialismo en todo lo que hacemos?.
El asunto de las elecciones internas aunque es un
elemento válido, termina anulándose en el sentido de que con lo ya vivido en
anteriores procesos, aun los viejos vicios del poder económico para las
campañas y las cuotas de poder propias de los padrinazgos políticos han
predominado en los resultados finales.
En todo caso la igualdad de condiciones se ve afectada por las fuerzas
hegemónicas que en muchos casos han hecho uso de la política para fines
personales o de grupos políticos.
Pudiéramos interrogarnos si esto que ocurre ¿es una práctica nueva?, la respuesta es
evidente y clara, por supuesto que no, son acciones sintomáticas y sistemáticas
que se derivan de la crisis orgánica
existente en el sentido de Gramsci, donde
lo que nace no termina de nacer y lo que muere no termina de morir.
Se deja asomar otra crisis que ya se ha hecho presente en el Partido, y ella se refiere
a la de legitimidad de base, que esta
organización tiene, es necesario reconstruirla sobre los cimientos del Poder
Popular, no para consultarle solo a la militancia sino para que ella asuma el
control político y el liderazgo.
Nos preguntamos entonces, si ¿esto es un asunto de nombres o de un proyecto político?, y
volvemos al asunto de fondo: la construcción del socialismo y del método y las
técnicas con el cual se implementa.
Porque aun se hacen presentes los viejos fantasmas del padrinazgo
político, y la decisión final ha sido tomada por la Dirección del Partido y del
Gran Polo Patriótico. De algo estoy
convencido si no se invierte la pirámide en decisiones tan importantes como
estas, no se puede avanzar sustancialmente en una propuesta socialista, por
ello Chávez lo dijo de una manera “me
resteo con las bases” y Frei Betto
lo condicionó en términos mucho más poéticos “Prefiero correr el riesgo de equivocarme con los pobres que tener la
pretensión de acertar sin ellos”.
De aquí otro elemento fundamental referente a la lucha
de clases, que en muchos casos parece haberse olvidado por completo, cuando la
composición social de Venezuela en la sumatoria de los Estratos D y E según el
INE se ha mantenido casi intacta desde la profundización de la polarización
política en 2003 hasta la actualidad.
Muchos asumen la polarización como la confrontación política entre
Chavismo y Oposición, cuando en realidad debe asumirse entre Burguesía y
Pobretariado.
Es imposible poder lograr la satisfacción de todas las
corrientes políticas presentes en la Revolución Bolivariana, pero de lo que
estoy convencido es que esta forma de proceder (método) para la elección de
candidatos causó más descontento que lo esperado, porque las bases tenían la
esperanza de poder realizar cambios sustanciales, en un primer término porque
se generaron fuertes expectativas para realización de unas primarias y en
segundo lugar porque diversos personajes políticos no cuentan con la solvencia
ética socialista, para aspirar a un cargo de elección popular. Resulta incongruente iniciar una lucha férrea
contra la corrupción que todos apoyamos y la vez dar aval a personajes
políticos de cuestionada actuación pública.
No se puede pedir disciplina incondicional, cuando
detrás de esta no hay un fuerte argumento de justicia social y de compromiso
político con el Proyecto del Socialismo Bolivariano, tampoco se puede referir
solo a la frase de la Unidad
planteado por Chávez como si fuese un cheque en blanco, si detrás de ello no se
razona sobre la Lucha y la Batalla que deben ejercer las bases para
avanzar en la consecución de la Victoria.
Tampoco es el fin de la crítica, puesto que no es justamente el Estado
Burocrático quien la hace, por naturaleza este tiende a mantener su estatus
predominante, son los procesos amplios de discusión quienes son capaces de
generar acciones que contribuyan propositivamente a la salida de coyunturas
particulares.
Hay elementos básicos que se han reflejado en el caso
de las municipales, que solo son la guinda del pastel, detrás de ello hay todo
un accionar del Estado que no termina de tener una claridad profunda en sus
acciones, y creo que de allí se deriva la confusión de nuestras bases. Vale la
pena recordar que solo Chávez tenía la capacidad de asumir costos políticos en
sus decisiones, porque tenía la ascendencia moral sobre el pueblo venezolano,
inclusive sobre quienes lo adversaban. A
nosotros nos corresponde iniciar un nuevo debate amplio, y creo que la
oportunidad que ha planteado el Presidente Nicolás Maduro de la Constituyente
Municipal puede ser una vía importante, si ella se hace sin maniqueos, y de
forma abierta y pública, inclusive nos puede dejar un saldo político mucho más
sustancial que el de las propias elecciones.
Considero que quienes apoyamos este proyecto político,
tenemos la esperanza que se corrijan las desviaciones presentadas en el marco
de la construcción del socialismo, porque estamos convencidos que la derecha
apátrida solo responde a los intereses imperiales y lo que nos estamos jugando
hoy en día es una nueva hegemonía popular y soberana, y en ello debemos ser
implacables pero conscientes de lo difícil que es. No podemos dejarle la
crítica solo a la oposición.
“Lo que me preocupa no es el
grito de los violentos, ni de los corruptos, ni de los deshonestos, ni de los
sin carácter, ni los de sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los
buenos”. Martin Luther King Jr.